domingo, 22 de abril de 2012

El Rey, la prensa, y su dinastía en abril 2012

El Rey, la prensa, y su dinastía
No estoy estupefacto -pero casi sí- con las reacciones de los medios de comunicación ante las aventuras de nuestro "super-mimado Rey"; con sus correrías- muchas de ellas documentadas con películas y fotografías (aunque no publicadas en España salvo los poster de aquel ya desaparecido partido "Convención republicana" que los pegaba en las elecciones para ser automáticamente destrozados o subsumidos por otros mensajes). La historia fotográfica de nuestro monarca es para nota. Se le consintió todo, incluso sus trompazos de elefante groggy contra las puertas de cristal de su propia residencia, o su desnudez bajando unas escaleras en el macro-yate de Agnelli (el difunto); eso se ha visto en Europa, especialmente Italia, y ¡cómo no! el británico The Sun y más en la prensa italiana. La familia real ha mostrado un gran poder para que esos reportajes no hayan llegado a España; y, más todavía, en que aquellas medios no se hiciera "sangre"..
Si te tomas el mundo por montera, no es extraño que con el tiempo se vea que ni tienes mundo, ni tienes montera.
Un día u otro le tenía que pasar al Rey; sus amantes ya son conocidas desde sus aventuras mallorquinas de hace veinticinco años; y sus amistades peligrosas, también en ambiente balear, ya fueron denunciadas por la Revista Tribuna de escasa supervivencia con Julián Lago como director; al sustituíerle J. Campmany (q.e.p.d.) se rebajó muchísimo la presión sobre la Casa Real.
Soy un gran admirador de Campmany, pero como director de Tribuna nos hizo un flaco favor a los españoles.
En épocas en que la Corona Británica (recuérsese que también lo es sobre la Commonwealth) se mantuvo ante la verdad y la insidia de la princesa Diana, aquí teníamos un Rey que no aceptaba una cohorte de nobleza, pero sí del poder del dinero.
Así su aamistad con el pintoresco personaje Tchotua que, con otros, dejó del lado a sus grandes protectores -entre otros, pero los que más- los Valls Taberné, hasta que quien se hizo cargo fue Manuel Prado y Colón de Carvajal, que hizo de catalizador con fortunas como las Kuwaitíes -aprovecahndo la invasión de Irak- con siniestros personajes como de la Rosa.
No; no seré yo quien defienda la conducta del Rey; simplemente me parece deleznable; de no tener nada a ser la cuarta monarquía en riqueza (algo que no se consigue con su asignación como Jefe de Estado).
Sin embargo, en un país de embaucadores, y la permanente amenaza de la división de España, diré -con resignación- bien hallado sea.
Su posible abdicación la veo como una dejación de la realeza, casi una traición de 'lesa majestad'.
Felipe tiene unos amigos que no son lo más propicio para mantener una monarquía; más bien todo lo contrario, y en ello le acompaña con fervor, su esposa. No, no es la solución.
Soy hijo de repubicano y monárquico por acomodamiento, pero si es Felipe quien debe sustituir a su padre, me hago republicano 'ipso facto'; prefiero un borbón que borbonea que a un Letiziano que letiziea.
¡A ver, su...(no sé que) Felipe, no cambie de amistades, pero exíjales una gran moderación, e incluya otras que no sean del cordón sanitario a la derecha que es la única que le defendería en última instancia. No trate de convertir republicanos en monárquicos -algo francamente difícil- sin embargo le está resultando fácil y con excelentes resultados, transformar monárquicos en republicanos.


--
Ángel