domingo, 26 de octubre de 2008

Relativismo y certidumbre

(Contestando a Fernando Pascual *)

Relativismo y certidumbre



He leído con atención el artículo de Fernando Pascual “Relativismo, verdad y democracia”.

Lo puedo calificar de excelente pero comprendo que la limitación de espacio no le permite extenderse más.

Yo le quiero contestar, con sus mismas dificultades de espacio, ampliando lo que el relativismo supone sin adscripción a religión alguna.

Para ello me basaré no en palabras de místicos más o menos reconocidos; pretendo hacerlo desde el punto de vista estrictamente humano en el cual se pueda aprehender y entender su entorno.

Creo que un problema fundamental de nuestra sociedad, llamada occidental, es la divulgación del conocimiento como si de una mercancía se tratara. Así asimilado, todo es relativo y todo depende de que la mercancía responda a nuestras expectativas; y si no ocurre así, ahí están los ‘demás’ mayoritarios que nos dicen que incurrimos en error (léase: democracia).

Se me podrá tachar de simplista, pero con tal argumentación he dejado callado a más de un relativista. Si la cuestión sigue, pues se me argumenta en un sentido de la conciencia de la relatividad personal, entonces acudo a algo tan grandioso como es el LHC (Large Hadron Collider); es decir, el gran reto europeo para encontrar lo que los más agnósticos llaman “la partícula de Dios”, científicamente conocido como el bosón de Higgs; es la partícula con la que se pretende definir porqué la materia contiene masa.

Es curioso que una cuestión que exige unos niveles intelectuales de comprensión nada o escasamente comunes se transforma en una noticia como si el resultado del choque entre protones a una velocidad superior al 99% de la velocidad de la luz fuera tan comprensible y definitorio como el resultado del campeonato del mundo de futbol; puede ganar uno u otro; el resultado será discutible, pero también será indubitado.

Con nuestro experimento LHC nos sucede lo mismo; están los que creen firmemente en encontrar tal bosón, y quienes no… pero… lo singular es que todos se detienen en una billonésima de segundo, más o menos, de producida la ya estandarizada, por aceptada, explosión del Big-Ban.

Pero observad, amigos lectores, no dicen nada del instante cero; hablar del cero les extrae de la física y lo cuantificable, para introducirles en la filosofía del absoluto: el cero: la nada.

Sólo una conciencia de nuestra finitud en conocimientos, pues finitos somos, nos puede llevar a la abstracción sobre la infinitud; y ello es ni más ni menos, que algo desconocido, algo inaprensible pero que existe; unos le llaman demiurgo, otros Dios en distintos idiomas pero, todos en común, en que existe algo superior.

En mi personal vacilar siempre he llegado a la conclusión que para cualquier ser humano capaz de razonar le debe resultar más difícil ser ateo que gnóstico; lo contrario también es cierto según mi punto de vista: si no hay razón, todo es relativo.

Pero lean las noticias que producirá el experimento LHC; no les extrañe leer un titular como el de El País – (no fue el único europeo)- cuando Stephen Hawking, nuestro más apreciado Nobel de Física, publicó su libro “Una breve historia del tiempo”; con tipografía de gran tamaño nos dijo:

“Por fin un Nobel demuestra que Dios no existe”

Y es que es más cómodo ser ajenos al absoluto o al infinito; son conceptos molestos.

Ángel, el 26 de Octubre de 2008

* http://www.aragonliberal.es/noticias/noticia.asp?notid=16811&menu=3

jueves, 2 de octubre de 2008

LENGUARACES


Hermann Terstch nos recuerda una frase del pensador americano Weaver en su libro "Las ideas tienen consecuencias" del siguiente tenor:



«Cuando las palabras han dejado de corresponderse con realidades objetivas, no parece de gravedad tomarse algunas libertades con el lenguaje».



Tal cita es de los años cincuenta del pasado siglo; parece que no debiera ser necesario reproducirla ahora ya en el s. XXI y a cuarenta años del Mayo parisino del 68; pero no es así; primero, porque muchos culpables de ese deterioro del lenguaje están todavía anclados en aquél mes y año; segundo, tal como apostilla Terstch:


"¿Cómo que algunas? Todas las libertades necesarias para convertir la realidad en concepto maleable, perfectamente intercambiable con su contrario, siempre que resulte conveniente. En su viaje a Nueva York, precedido de una mansalva de insultos y acusaciones al capitalismo y a Estados Unidos, Zapatero se presentó como un auténtico buhonero -según sus amigos avergonzados- ante una «cúpula empresarial» de medio pelo que no podía creerse tanta obsequiosidad y autocomplacencia"...


y sigue con su visita a Rusia tras su última genialidad al decir que si ganase McCain en USA, temería una reedición de la guerra fría. ¡Pues que bien!



Ya antes se había pavoneado de haber adelantado a Italia en renta per capita, algo que está con el asterisco de la duda; pero no sólo eso, además nos añade la primicia de que en breve superaremos a Francia y, como remate a puerta, cita expresamente a Sarkozy, el Presidente francés.He recordado las palabras de Felipe González quien, en un curso de ESADE mostró su enojo con los "Optimistas profesionales y adanistas"; brillante frase del genuino ex, para no citar a Zapatero; al revés que éste con el francés.



Creo que somos muchos los que estamos preocupados o muy preocupados con el lenguaje del relativismo en el que algo significa una cosa, o la contraria, o ninguna de las dos; así siempre se puede recular; en Europa en general, y en España en particular, ha habido y hay excelentes expertos en la materia; creo que han deconstruido tanto que sólo les debe faltar hacerlo con los artículos, pues el sujeto, el verbo y el predicado ya no saben que predican; actualmente, y desde hace unos años, más de cinco, nos han venido otros expertos más jóvenes y lozanos, desde un Pepiño, a una de la Vega, un Lassalle con su liberalismo igualitario o Saénz de Santamaría con el liberalismo social; pero ha surgido una figura que enardece por lo que se le debe dar el título de Gran Maestro; aunque creo que no hace falta dárselo pues para eso está él, para auto-concedérselo.



Los que he citado y otros más que seguramente añadirán quienes me lean, tienen una ventaja nada ligera; sólo adoctrinan a los pastueños españoles que no se enteran de nada que no sea la imagen.



Pero... nuestro Gran Maestro va haciendo chirigotas por esos mundos indigenistas, con graves resultados como "el de a estos se les puede dar de bofetadas pues, si se enteran, creerán que son gracietas que se hacen entre primeros ministros", tal cual confiesa el abofeteado en nuestra cara, y a quien le acarician su ego con ditirambos sobre su nuevo socialismo, progresismo y 'aliancismo' sincrético; con lo cual sigue encantado de ser la encarnación del "cualquiera puede ser presidente de gobierno".



Lo siento, pero yo, con otros, me siento abochornado y con la sensación de vergüenza ajena, que no es tan ajena pues es a nosotros a quienes nos representa.



No sé si alguno de sus centenares de asesores le dirá que con los indígenas… lo que quiera, pero ojito con los europeos que son gente ilustrada, y con los americanos quienes, con su escaso bagaje cultural, nos ignoran, ¡y ni siquiera olímpicamente!, y cuando nos recuerda Obama a McCain lo hace sólo como recurso dialéctico.



Ya el Corriere della Sera nos lee la cartilla y se la lee, también y directamente, a nuestro presidente preguntándole donde está su sonrisa tras la "frenada española" y que "La España del "sorpasso" (adelantamiento) descubre que todavía tiene algo que aprender del 'Made in Italy'. Y Zapatero deja de sonreír", y remata con un "El líder socialista, empeñado en una carrera hacia la modernidad que quiere tutelar las parejas de hecho, mejorar el aborto, introducir el suicidio asistido, se ha dado cuenta tarde que la tapa de la olla económica estaba saltando", mientras, el ministro de Interior declara a L'Espresso que los gitanos italianos…, "muchos se han ido espontáneamente hacia la más permisiva España de Zapatero".



No sé si en Francia ha habido alguna reacción notoria, pero no deja de ser triste que Sarkozy, Presidente de la UE, convoque a Italia y no lo haga con España… para examinar la crisis económica que también es ya europea menos para España donde sólo estamos desacelerando pisando el freno.



Las ligerezas del lenguaje las acabamos pagando todos; si no nos entendemos o no nos enteramos de lo que nos dicen, ¿¡a dónde iremos!?



Dejo la respuesta en el aire; cada cual lo hará según su personal visión; yo confieso que tengo la sensación de que España perdió su oportunidad de estar entre 'los grandes' y que esa oportunidad ya no se repetirá; se perdió el tren; y nos hemos adocenado, inmersos en un relativismo en el que todo está bien siempre que sea progresista, aunque tampoco sepamos que significa esa palabra.



Ángel, el 2 de Octubre de 2008.



(*) Las frases copiadas lo son de abc.es, lanacion.es, de LD, de 'esd' y de CD.