martes, 23 de septiembre de 2008

Estos días he leído, en numerosos artículos, implacables cachondeos conceptuales y anecdóticos contra el liberalismo, aprovechando que por ahí pasa una inmisericorde campaña antiliberal. Lo he leído tanto a adictos a nuestro régimen imperante como a quienes tradicionalmente no lo están; es decir, los pseudos-independientes.Entiendo que eso es muy 'facilón'; más difícil sería contarnos que es el liberalismo económico, con sus curvas de oferta y demanda liberadas de oligopolios o, peor, monopolios; eso y no otra cosa es 'lo liberal'; en cuanto se coarta una de las dos, oferta o demanda o ambas, NO HAY LIBERTAD de mercado.Pero parece que muchos se están cobrando facturas pendientes con el liberalismo; sin disimulo, muchos confunden el llamado movimiento 'neocon' con la libertad de mercado y de paso le dan un 'viaje' a Bush al mejor estilo de Zapatero.Recuerdo a Balmes cuando nos decía que en un debate lo primero que hay que hacer es estar de acuerdo en 'el qué' se debate y en que términos se hará.Percibo que se está hablando y escribiendo más por fobias o filias, incluida la terminología, que por un análisis de lo que se comenta.Y es una desgracia más añadida a la que estamos sufriendo; porque todos podemos aprender de todos; y la cuestión que se nos plantea merece todo esfuerzo de análisis y concreción; echar las culpas a otros no nos va a solucionar nada. Un camino de análisis apenas seguido es preguntarse que tienen de liberales las grandes fortunas de nuestro país; fortunas que lo fueron con Franco, y lo han sido con UCD, con el PSOE y el PP, y lo siguen siendo con el PSOE de nuevo ¿hay alguna que haya tenido un comportamiento liberal? Ahora lo hago extensivo a nivel internacional; ¿qué tiene de liberal Billy Gates quien intenta monopolizar el mercado informático, o el socialdemócrata George Soros que en un día ganó mil millones de dólares hundiendo la libra, lo que también hizo con la peseta y la lira (me parece recordar)?; ¿y la OPEP?; ¿y las siete olores petroleras?; ¿y las inversiones de las fastuosas fortunas de los países productores de petróleo?; ¿y las de los nuevos supercapitalistas rusos y chinos?; pregunto.Mi respuesta es la que apuntan los estudiosos sobre economía; las grandes fortunas, los poderosos tienen una inclinación antiliberal; les rinde más manipular que ser honrados.Los americanos ya inventaron las leyes antitrust a finales del s. XIX y los europeos les siguieron cos sus tribunales de defensa de la competencia; está claro que han sido y son insuficientes; ¿ son intervencionistas estas leyes?; pues sí, pero su fin es lograr una auténtica libertad de mercado; si no existe esa libertad, el mercado no se autorregula si no que LE 'autorregulan' los poderosos los cuales, aunque compitan entre si, se confabulan para actuar como 'lobbies' para su mejor e inmediato beneficio; y eso si que no es liberalismo.Hoy, Pedro J., en su carta dominical como Director de El Mundo, hace una reflexión sobre los actuales sucesos económicos y la visión gubernamental con la de su entorno mediático. Recuerda a Gandhi con su frase... "la tierra produce lo suficiente para satisfacer las necesidades humanas, pero siempre se quedará corta ante la codicia".Y la codicia no es ni de derechas ni de izquierdas; ni es liberal, ni es conservadora, ni es socialista ni social demócrata; simplemente es… humana.Luego recuerda la película 'Wall Street' en la que uno de sus personajes dice: "La cuestión es, señoras y señores, que, a falta de una palabra mejor, la codicia es buena. La codicia está bien. La codicia funciona"…hasta que ha dejado de hacerlo; que es lo que ha sucedido.Creo que sólo por lo dicho se justifica una intervención en los momentos actuales; queramos o no, estamos instalados en una economía de mercado; sin ella no habría empleo siquiera suficiente; hay que intervenir, sajar, curar y seguir con una libertad de mercado con mecanismos que impidan eso: la supremacía de la codicia.Saludos.Ángel el 21 de septiembre de 2008

No hay comentarios: